Isaiah Thomas volvió al juego. Su trayectoria en los últimos años parece estar trazada para ser llevada al cine: éxito rutilante, tragedia personal, lesión, caída deportiva, pérdida de un contratazo, pequeña resurrección, recaída grave, vuelta al juego. Hay que tener carácter para seguir siendo competitivo.
Thomas debutó anoche con su nuevo equipo, Denver Nuggets, cuando ya llevamos 4 meses de competición esta temporada y cuando él acumulaba ya casi 11 meses sin jugar al baloncesto por esa maldita cadera que le está arruinando su carrera deportiva. No jugaba desde el 22 de marzo de 2018, cuando militaba en los Lakers.
El jugador saltó a la pista avanzado el primer cuarto y recibió una tremenda ovación de la grada del Pepsi Center. Jugó 13 minutos y metió 8 puntos, todos anotados en el tercer cuarto.
Su entrenador, Michael Malone, fue expulsado en la primera parte. De modo que no pudo ver cómo Thomas anotaba sus primeros puntos con el equipo -su primera canasta fue un triple-, como no pudo disfrutar de la canasta con la que Nikola Jokic dio el triunfo a Denver en el último segundo.
Los Nuggets ganaron 120-118 a los Kings en el estreno de Thomas, que dio 2 asistencias, perdió 2 balones y ofreció en ese tercer cuarto destellos del juego que le llevó a ser All-Star y a hacer una temporada prodigiosa con Boston Celtics.
Ahora, con 30 años, Thomas solo aspira a recuperar las buenas sensaciones en la cancha y a cruzar los dedos para que su físico aguante el trajín de la NBA.
