NUEVA YORK — Draymond Green recibió una multa de 25,000 dólares, pero se salvó de una suspensión de la NBA por la patada en la ingle que le propinó a Steven Adams, el centro del Thunder de Oklahoma City.
La liga alteró la gravedad la infracción de Green, que pasó a ser una falta flagrante de segunda categoría, que en el partido del domingo hubiera derivado en una expulsión automática en el caso que los árbitros hubieran tomado esa decisión. Eso dejó al alero de los Warriors de Golden State al borde de una suspensión automática por acumulación de faltas flagrantes.
Pero Green podrá jugar el martes, cuando los Warriors intenten nivelar 2-2 la final de la Conferencia del Oeste en Oklahoma City.
A Green se le cantó una falta tras recibir una infracción de parte de Adams cuando restaban 5:57 en el segundo cuarto, pateando a Adams en la ingle.
Aunque el Thunder reclamó que fue algo intencional, Green y el entrenador de los Warriors Steve Kerr consideraron que la liga rescindiría la falta flagrante.
Kiki VanDeWeghe, vicepresidente ejecutivo de la NBA para operaciones de básquetbol, no estuvo de acuerdo.
"Después de una investigación exhaustiva que incluyó el análisis de todos los ángulos de video disponibles y entrevistas a los jugadores involucrados y los árbitros a cargo, hemos determinado que la falta de Green era innecesaria y excesiva, ameritando mayor gravedad y la multa", dijo VanDeWeghe en un comunicado.
Green quedó ahora con tres puntos en su registro de faltas flagrantes durante la postemporada. Uno más le costaría disputar el siguiente partido de Golden State.
Uno de los pilares de los Warriors y segundo en la votación al Mejor Defensor de la liga, Green tuvo un partido para el olvido: apenas sumó seis puntos al encestar uno de nueve tiros al aro. El Thunder ganó por paliza y tomó ventaja 2-1 en la serie al mejor de siete duelos