MASHANTUCKET, Connecticut -- Hanley Ramírez no cree que pasará problemas al mudarse a otra posición con los Medias Rojas de Boston esta temporada.
Ramírez, un campocorto durante casi toda su carrera, no encajó en la tarea de jardinero izquierdo el año pasado, lo que propició que el equipo lo ponga en la primera base para la inminente campaña de 2016.
"Siempre he sido un infielder, así que será fácil", declaró Ramírez durante un acto de promoción de los Medias Rojas en el Foxwoods Resort Casino. "Creo que cubro más territorio y me voy a sentir más a gusto en la primera".
Ramírez disputó 91 juegos en el izquierdo hasta que una rebelde dolencia puso fin a su temporada en septiembre. El dominicano sufrió la lesión tras estrellarse contra el muro en el Fenway Park al intentar atrapar un elevado en mayo.
En agosto, el nuevo presidente de operaciones de béisbol Dave Dombrowski anunció que Ramírez jugará en el cuadro interior.
Ramírez no ofreció resistencia.
"Todo lo tomo como algo positivo", dijo. "Decidí jugar en los jardines para ganar un campeonato y me estrellé con el muro, fue algo fuera de mi control. Después de darme ese golpe, todo dio un giro. Todo empezó a salir mal".
Dombrowski reiteró el sábado que el equipo confía que el cambio surtirá un buen efecto. Tampoco están preocupados con el guante de Ramírez, más bien con su habilidad para desplazarse.
"No creo que fildear rodados será un problema para él", dijo Dombrowski. "No creo que hacer los tiros desde ahí será un problema".
"Lo que hay que asegurar es que su mecánica al moverse es la adecuada porque no quieres que se lesione jugando en la primera base", añadió.
Ramírez ya cuenta con el respaldo del segunda base Dustin Pedroia, el pilar del cuadro interior del equipo: "Creo que asumirá el reto y le va a gustar", dijo el sábado.
El arranque de Ramírez la pasada temporada fue bueno, al batear para .293 con 10 jonrones y 22 impulsadas en el mes de abril.
Su producción en el plato decayó después, y acabó el año con promedio de .249, 19 jonrones y 53 remolcadas.
Como bateador designado, en apenas 11 juegos, Ramírez registró .295 (13 hits en 44 turnos) con cinco jonrones y 11 impulsadas.
Con David Ortiz preparándose para retirarse al final de esta campaña, Ramírez no ocultó su interés en asumir el puesto de designados a partir de 2017.
"Claro que sí", dijo Ramírez. "Cuando tienes dos cosas que hacer, jugando defensa y batear (versus) estar solo sentado en la cueva, es un poco diferente".
Mientras tanto, Ramírez jugará donde se le necesito. "Como siempre lo he dicho. Haré todo lo que me pidan para ayudar a este equipo a ganar", acotó.