El Club Mauricio Báez conquistó su octava corona del baloncesto
superior distrital al barrer a San Lázaro con un triunfo 78-73, la tarde de
este domingo en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto.
La serie, pactada a un 5-3, fue ganada 3-0 por Mauricio
Báez. Es la décima ocasión que se produce una barrida en el baloncesto
distrital del país. De esta manera Mauricio venga la barrida de 1996 (4-0) de
los lazareños.
Al menos, como club, San Lázaro no se fue vacío en el nivel
mayor, ya que el equipo femenino venció precisamente al del Mauricio Béz 84-61
para llevarse el título entre las damas. Esa final estuvo pactada a un 3-2 y
terminó el sábado.
Es la sexta vez que estos conjuntos se encuentran en una
final y con el triunfo de los de Villa Juana, se dividen 3-3 los campeonatos.
Los lazareños, de Jobo Bonito, habían ganado las tres primeras finales y
Mauricio ha respondido con las últimas tres.
Desde su retorno al torneo distrital, el Mauricio ha estado
en las cinco finales que se han celebrado y han ganado tres, con dos derrotas
ante el Rafael Barias.
El campeonato de 2020 no se celebró debido a la panademia
del coronavirus.
Fue un partido que se disputó a nivel familiar, dada la
prohibición para el público asistir al Palacio por asuntos del COVID-19, virus
que en el partido final afectó a varios jugadores lazareños y parte de su
cuerpo técnico.
Justin Reyes, Orlando Sánchez, Oscar Cabrera; Pedro Martínez
y Ramón de la Cruz se encuentran entre los jugadores que aparentemente se
vieron afectados por el coronavirus, así como el técnico asistente Giovanny
Valdez.
Antoni Davis encabezó el ataque mauriciano con 26 puntos y
el capitán Gerardo Suero 17. Por San Lázaro, Raphiael Putney y Raúl Frías
marcaron 18 puntos cada uno; Adris de León, nativo, pero que jugó de refuerzo
sumó 17.
Pese a lo diezmado del equipo lazareño, el conjunto ofreció
resistencia al Mauricio Báez al dominar la primera mitad de manera amplia
(47-28), pero en el tercer cuarto la defensa mauriciana incrementó y le sacó la
ventaja en el marcador al cierre del período.
Davis precisamente tomó el comando de un equipo que lucía
desarticulado aun cuando enfrentaba a un rival escaso de personal, sin
jugadores como Sánchez, Reyes y Cabrera, pilares del cuadro ofensivo lazareño.
Precisamente es la defensa lo que le dio resultado a este
conjunto en los últimos cuatro partidos, incluido el tercero de la ronda
semifinal (todos contra todos) y los siguientes tres de esta final.
La posibilidad de suspender el partido para otra fecha se
barajó antes de pitazo inicial, pero se acordó jugar.
San Lázaro insistía y De León marcó un doble que puso el
partido 69-72, todavía Mauricio delante, con dos minutos por jugar.