Josh Taylor dijo que su pelea de unificación de títulos
contra José Ramírez comenzó mucho antes del sábado.
“El plan era presionarlo y aprovechar su agresividad en su
propia contra. Funcionó a la perfección toda la semana”, comentó Taylor.
El escocés derribó al mexico-estadounidense en el sexto y
séptimo asalto, y triunfó por decisión unánime para convertirse en el monarca
indiscutible de los superligeros. Los tres jueces entregaron tarjetas de
114-112.
“Avancé y le di algunos buenos golpes”, explicó Taylor (18-0
con 13 nocauts). “Sabía que él buscaría un gancho izquierdo al cuerpo o un
gancho derecho a la cabeza. Tiene un gran gancho derecho. Se desmarcó, bajó la
cabeza. Yo di un paso atrás y le conecté un uppercut”.
El gran zurdazo de Taylor al mentón de Ramírez lo derribó al
comienzo del sexto round. En el séptimo, se valió de un destructivo uppercut de
izquierda.
La segunda caída dejó a Ramírez visiblemente aturdido. El
réferi Kenny Bayless debió pedirle en dos ocasiones que diera un paso al frente
sin tambalearse.
"De hecho, creo que el réferi dio demasiado tiempo”,
consideró Taylor. “En ese momento debió concluir la pelea”.
Taylor, quien ostentaba ya los títulos de la AMB y FIB, es
el primer escocés en coronarse monarca indiscutido, tras apoderarse de los
cinturones del CMB y la OMB que poseía Ramírez.
A pesar de que Taylor exhibió una tremenda velocidad,
Ramírez (26-1, con 17 nocauts) tuvo el control en los albores de la contienda y
ganó tes de los primeros cuatro asaltos.
Se agachó y huyó de la zurda de Taylor, consiguió acercarse
y asestar golpes al cuerpo de su adversario, así como puñetazos ocasionales
arriba.
“Creo que peleé muy bien hasta el quinto round”, dijo
Ramírez, de 28 años, quien sólo había caído dos veces a la lona en su carrera.
“Creo que estaba ganando también el sexto, hasta que llegó la caída”.