El legendario
luchador de la WWE, Sting, protagonizó una de las noticias más impactantes del
2020 al regresar al deporte después de cuatro años pero en una compañía
distinta a la que le dio fama.
El miembro
de la fama de la WWE, que se había retirado en 2016, volvió al ring pero como
parte de la AEW (All Elite Wrestling) y dejó boquiabiertos a muchos de sus
seguidores.
Con 61 años
Sting decidió reaparecer en un duelo transmitido por TNT (donde ocupó un rol
protagónico a finales de los 90 como figura de la WCW) y debutó el 2 de
diciembre en la edición de los miércoles de la AEW Dynamite.
Apareció con
su inconfundible caracterización e impactó a todos, para bien y para mal: lo
ovacionaron por su gran regreso pero en las redes sociales cuestionaron su
traición a la WWE.
Lentamente
la AEW comienza a llegar a la talla de la WWE que actualmente domina todavía la
industria de la lucha libre. Varias son las figuras que se animaron a
traspasarse de empresa, entre ellos Matt Hardy, FTR (The Revival), Brodie Lee
(Luke Harper) y Jon Moxley (Dean Ambrose), aunque ninguno de tanto renombre
como Sting, por eso el impacto.