Son de público conocimiento los conflictos entre accionistas que han estado arrastrando por años las Águilas Cibaeñas. Sin embargo, ya iniciado un nuevo campeonato, siempre se abre una nueva esperanza.
Es hora de conectarse con lo postergado, con la identidad del equipo, con su historia, con enseñarle a la generación de ahora, tanto de jugadores como de fanáticos, cosas que resaltan en sus prolíficos éxitos deportivos y que en un momento lo ubicaron a la vanguardia de la Lidom.
Por ejemplo, sugiero un par de reconocimientos, entre otros que puedan surgir. Se trata de Julián Javier y David Ortiz.
A Javier porque dentro de unos meses (28 de mayo del 2020, fecha que está fuera del campeonato de béisbol) se cumplirán 60 años de convertirse en el primer jugador aguilucho en debutar en las Grandes Ligas. Ya Julián tiene 83 años de edad.
Incluso, a ese reconocimiento podría invitarse a Osvaldo Virgil, hoy con 87 años de edad, quien firmó su primer contrato para la Lidom con Águilar Cibaeñas, en el verano de 1955, pero que intereses de la época lo despojaron de ese acuerdo antes de iniciarse el primer campeonato otoño-invernal.
Hace unos meses mencioné en mi cuenta de twitter que el 2 de octubre del año próximo también se cumplirán 60 años de que Virgil (Tigers) se convirtió en el primer catcher dominicano en Grandes Ligas, recibiéndole a Phil Regan, quien actualmente es coach de pitcheo de los Toros del Este, por lo que debería aprovecharse una visita del equipo romanense al Estadio Cibao para juntarlos.
Al “Big Papi” por sus valiosos aportes a las Águilas en tres Series del Caribe y ante su recuperación luego del incidente que se vio envuelto, en el que estuvo a punto de perder la vida.
Ortiz, miembro de los Leones del Escogido, reforzó las Águilas en las Series del Caribe del 2000 (Santo Domingo, última serie del Siglo 20), 2001 (Culiacán, México, primera serie del Siglo 21) y 2003 (Carolina, Puerto Rico). En Culiacán y Carolina las Águilas se proclamaron campeones, siendo Ortiz el MVP en el 2003.
