Lima, Perú — Dos estadounidenses aprovecharon las ceremonias en que recibieron sus medallas en los Juegos Panamericanos para llamar la atención sobre problemas sociales que, a su juicio, se están saliendo de control en su país.
Durante las ceremonias de premiación en Lima, el esgrimista Race Imboden puso una rodilla en tierra, mientras que la lanzadora de martillo Gwen Berry alzó un puño Los dos deportistas podrían representar a Estados Unidos dentro de menos de un año en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde protestas similares podrán llamar la atención de más público.
“Racismo, control de armas, maltrato a los inmigrantes, y un presidente que propaga el odio encabezan una larga lista” de los problemas de Estados Unidos, dijo Imboden en un tuit enviado después de la ceremonia en que se le entregó su presea junto con el equipo estadounidense de florete. “Elegí sacrificar hoy mi momento en el podio para llamar la atención sobre problemas que creo deben ser atendidos”.
“Aliento a otros a que aprovechen por favor sus plataformas para el empoderamiento y el cambio”.
Berry levantó un puño mientras se interpretaba el himno nacional de su país, luego de que había ganado la final de lanzamiento de martillo. La atleta protestó contra la injusticia en su nación y contra “un presidente que la está empeorando”.
“Es demasiado importante como para no decir nada”, dijo Berry al diario USA Today. “Algo tiene que decirse. Si no se dice nada, no se hará nada y nada se corregirá o cambiará”.
La historia de las protestas por parte de deportistas reconocidos se remonta a los Juegos Olímpicos de 1968 en la Ciudad de México. En aquel entonces, los velocistas Tommie Smith y John Carlos elevaron sus puños y agacharon la cabeza en el podio durante la ceremonia de premiación de los 200 metros.
Los temas que generan protestas no han cambiado tanto en más de medio siglo transcurrido desde entonces.
El ex quarterback de la NFL Colin Kaepernick está sin empleo desde poco después de que comenzó a arrodillarse durante la interpretación del himno nacional, previo a los partidos de los 49ers de San Francisco en 2016. Con ese gesto, el mariscal de campo protestaba contra los abusos policiales y la injusticia social en Estados Unidos.
Desde entonces, varios deportistas estadounidenses han estado debajo de una lupa, a la espera de indicios de protesta, ya sea en un podio de premiación o en distintas competiciones deportivas. Entre los asuntos quehan derivado en protestas figuran los de índole racial, el trato de la comunidad lésbico-gay, bisexual y transgénero, las injusticias sociales y los desacuerdos con el presidente Donald Trump.
Los actos de Berry e Imboden pondrán a prueba la determinación del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC) para hacer que se cumplan las reglas que prohíben las protestas políticas.
Mediante un comunicado emitido el domingo, el USOPC anunció que sus dirigentes revisan posibles consecuencias. Berry esta en el equipo estadounidense que disputará el campeonato mundial de atletismo el mes próximo.
“Todos los deportistas que compiten en los Juegos Panamericanos de 2019 se comprometen en términos de elegibilidad, que incluyen abstenerse de manifestaciones de índole política”, reza el comunicado. “En estos casos, los deportistas no se apegaron al compromiso que ha asumido con el comité organizador y con el USOPC. Respetamos su derecho a expresar su punto de vista, pero nos decepciona que elijan incumplir su compromiso”