Muy distinto el segundo partido de las Finales del Oeste del primero. En este segundo, Houston exprimió su estilo de juego para vapulear a unos desconocidos Warriors, un estilo de juego en el que el equipo brilló en ataque, pero también, y mucho, en defensa.
Rockets defendió a un nivel espectacular. Más allá de eso, confirmó sus señas de identidad: brillantez individual y camino extremo en el que priman el uno contra uno, la búsqueda del tiro adecuado con escasa circulación del balón y el abuso del triple, que en esta ocasión fue, como en muchas otras, primordial para acabar con la oposición del rival.
Houston ganó por 22 puntos (127-105) y llegó a ir venciendo por 29 cuando restaban 2:40 para el final.
El equipo terminó con un 51,1% en el tiro de campo, anotó 16 triples tras lanzar 42 y tuvo a 5 jugadores con 16 o más puntos.
James Harden aportó 27 puntos y 10 rebotes, pero con unos porcentajes muy deficientes que incluyeron un 3 de 15 desde el triple (y solo dio 3 asistencias). En realidad, el trío crucial por su juego en los dos lados de la cancha fue el integrado por Eric Gordon, P.J. Tucker y Trevor Ariza.
Gordon enchufó 27 puntos y 6 triples desde la segunda unidad, P.J. Tucker se desmelenó en ataque y firmó 22 tantos, 7 rebotes, 4 asistencias y 8 de 9 en el tiro con 5 triples y Ariza completó una brutal primera parte para finalizar el encuentro con 19 tantos, 4 rebotes, 6 asistencias y 7 de 9 en el tiro en 36 minutos de acción. Además, 16 puntos de Chris Paul, que solo brilló en ataque en el tercer cuarto. Clint Capela volvió a defender a gran nivel.
Desastre visitante
Warriors decepcionó por completo. Solo aguantó el tipo en el primer cuarto, un cuarto que acabó 26-21 pese a que los visitantes no metieron un solo triple (0 de 7) y perdieron 7 balones. Poco importó que Chris Paul cometiera 2 faltas en los primeros 3 minutos de juego, ya que Mike D'Antoni le mantuvo valiente en pista, a lo que el base respondió sin cometer más faltas en el