Por Santiago Dolciné
SANTIAGO.- Decenas de jóvenes visionarios de Santiago de los Caballeros a pesar de las persecuciones y amenazas asumieron su rol en tiempos difíciles del proceso democrático en la República Dominicana de ahí se forjó el club Luz Progreso.
Por espacio de medio siglo la entidad enclavada en el populoso sector del ensanche Bermúdez en Santiago, fue y ha sido forjador de líderes lo que transmitió a otros sectores de la Hidalga de los 30 Caballeros.
Todos los reconocimientos son válidos para el club Luz y Progreso que, al pasar de los años y los cambios que se han presentado en su entorno sin dudas, sus luces son como un telón que ha opacado las sombras.
El Club Luz y Progreso, fue en ese período, un vivo ejemplo de dignidad, instrumento de cambio en el orden de los valores espirituales y familiares, modelo y gallardía de la sociedad que le tocó representar, como institución cultural, social y deportiva.
La entidad de pronto llegó a ser el lugar donde comenzaron a construirse otras estructuras en respuesta a la política opresora del gobierno de turno que pretendían callar las voces de una juventud con ansias de promover un mejor futuro.
El club Luz y Progreso del ensanche Bermúdez, sirvió como plataforma a decenas de jóvenes no solo del sector sino de zonas aledañas quienes se identificaban con el desempeño de la entidad.
El Luz y Progreso y sus jóvenes destacaron en las artes, deportes y la cultura, en la actualidad las rebatiñas políticas incluso personales han dejado de lado una de las más grandes tradiciones en cuanto a clubes no solo en Santiago sino del país.
