Lo primero fue que Manny Pacquiao consiguió que sus asesores invitaran a Floyd Mayweather Jr. a ver su pelea ante Jessie Vargas. Lo segundo fue que ‘Money’ aceptó y estuvo en Ring Side del Thomas & Mack Center. Lo tercero, que tras su victoria rotunda frente a Vargas le envió una mirada coqueta a Mayweather, quien le respondió en positivo poniendo en alto sus dos dedos pulgares.
!Aprobado!
Después de eso Mayweather Jr, deslizó ante los medios un lacónico: “No se vio mal”.
Lo demás lo aportó el propio Pacquiao en el ‘after hour’ de la pelea cuando dijo: “Nosotros ahora tenemos contacto directo y podemos hablar de una revancha”. Y agrego: “No es sólo por mi, es por los fans del boxeo que quieren de nuevo esa pelea”.
Dicho en buen cristiano de esta no nos salva nadie.
Que Mayweather es una suerte de loco produciendo y gastando millones es cosa conocida y que ‘Pacman’ ha dejado de ser el muchacho cauto y sincero en sus palabras también es verdad.
Recientemente dijo: “Ahora peleo por dinero”. Antes decía que era por pasión y por darle gloria a Filipinas.
Eso ya no importa.
Lo importante es que se abre paso Mayweather-Pacquiao II .
Le viene bien a “Money”, por qué redondea su 49-0 a 50-0 (pensará él) y le viene bien a Pacman porque en esta etapa final de su carrera, ha decidido que mientras ponga dinero en sus cuentas va a seguir en los tinglados.
Pero sobre todo le viene bien a Top Rank que puede poner de nuevo nombre grandes en las marquesinas de Las Vegas, mientras acabamos de saber la verdad acerca del futuro de Al Haymon.
De la pelea por supuesto no esperamos mucho. Mayweather con 40 años volviendo del retiro y Pacquiao con 38 en el atardecer de su carrera solo podrán pelear para su negocio, pero no para darle algo de importancia al boxeo.
Como quien dice que Sugar Ray Leonard vs Marvin Haggler o Ali-Frazier están a salvo en la mitología del box.
Que quede claro.
Luego la seguimos
