MIAMI — Chris Bosh muy bien pudo haber jugado su último partido con Miami, luego de que su más reciente examen médico convenciera al Heat de que su regreso ya no es factible tras presentar coágulos de sangre múltiples.
Bosh no aprobó los exámenes médicos la semana pasada, lo que le impide tener autorización para volver a las actividades balonceslísticas.
"Chris sigue manteniendo la mente abierta", señaló el presidente del Heat, Pat Riley, este lunes. "Pero no estamos trabajando para que regrese".
Las dos últimas temporadas de Bosh han terminado en la pausa del Juego de Estrellas debido a los coágulos, pero el veterano jugador planeaba regresar esta campaña mientras se mantiene bajo un régimen de diluyentes de sangre. Este mes, incluso se dijo listo para jugar, afirmando que nada le impediría entrar a la cancha.
"Este no es el siguiente paso para nosotros", aseguró Riley.
No se espera que Bosh siquiera esté en los planes del Heat, al menos por ahora. No estará en los campamentos de entrenamiento del equipo que inician el martes en las Bahamas.
Con Bosh fuera de la mira, son 11 de los 19 jugadores que vieron acción con el Heat la temporada pasada los que ya no estarán con el equipo. De los titulares en el último partido de Miami —el séptimo duelo de las semifinales de la Conferencia del Este en Toronto— sólo Goran Dragic y Justise Winslow siguen con el Heat, mientras que Dwyane Wade, Luol Deng y Joe Johnson firmaron contratos con otros equipos en verano.
"Todos saben lo mucho que CB (Bosh) significa para mí y para su familia", indicó el técnico del Heat, Erik Spoelstra. "Quiero mucho a CB. Fue difícil ver a CB y a su familia pasar por esto en el último par de años".
Bosh dijo en un video difundido este mes en la plataforma digital Uninterrupted de LeBron James que los médicos del Heat lo dejaron fuera en febrero pasado cuando inició una segunda saga de coágulos, diciéndole que ellos creían que su carrera había terminado.
Riley negó categóricamente la afirmación de Bosh e insistió en que el equipo trabajó por meses para ayudar a Bosh a mejorar su estado y regresar al juego.
"No fue descartado", añadió Riley. "Esa pudo ser su percepción porque simplemente no quería aceptar su realidad".