Estados Unidos es vulnerable. Tras la trabajada victoria dos días antes ante Australia, el Team USA vio aún más expuestas sus debilidades ante Serbia, que pese a ir por debajo durante todo el partido hubiera forzado la prórroga si el triple final, completamente abierto, de Bogdan Bogdanovic hubiera entrado. La defensa de Estados Unidos sufrió para contener las genialidades de Milos Teodosic y el trabajo en la pintura de Nikola Jokic y Miroslav Raduljica, pero al final su desmesurado talento individual acabó compensando por poco las carencias demostradas, ganando por 94-91.
Eso sí, todo parecía volver a la dinámica habitual en el primer cuarto. DeMarcus Cousins, limitado por las faltas en partidos anteriores, empezaba haciendo daño en la pintura, y Paul George encontraba buenas posesiones para abrir hueco. El 9-0 inicial, que llegaría a convertirse en un 27-9, fue lo que salvaría a Estados Unidos de lo que pasaría después. La incansable selección serbia, con un exquisito baloncesto colectivo y la ejecución de Miroslav Raduljica en la zona, empezaba poco a poco a reducir diferencias.
