Stephen Curry dirigió a los Warriors ante los Wizards (102-94) con 26 puntos y 6 triples y deja el récord de los Bulls a tiro de piedra.
Las victorias en el Oracle Arena son como las olas: pueden ser de mayor o menor intensidad, pero no puedes evitar que lleguen a la bahía de San Francisco. Los de Washington salieron dispuestos a parecerse a lo que se esperaba de ellos esta temporada, un equipo serio y rápido. Lo lograron durante el primer cuarto, donde contuvieron en cierta medida a la marea amarilla y solo se marcharon 5 abajo (32-27). Durante el segundo, aparecieron sobre la cancha las virtudes de los de la capital en su máximo esplendor: defensa dura y Wall y Beal haciendo de las suyas. Como resultado de esto lograron ponerse 37-46 tras un increíble parcial de 5 a 19. Todo ese jaleo que montaron los Wizards terminó por despertar a los Warriors y a Curry, que lideró con 8 puntos un parcial de 12-0 que pilló por sorpresa a los de la capital, que cerraron los ojos un momento para soñar con la victoria y al abrirlos, el MVP los había devuelto a la realidad con dureza.
A la segunda parte ya entraron domados los Wizards y no pusieron en demasiados aprietos a los campeones, que mataron a su rival en cuanto quisieron. A esa velocidad que solo los Warriors saben alcanzar, pasaron de un esperanzador 79-72 al final del tercer cuarto a colocar una losa sobre los capitalinos con un 95-76 en un suspiro.
Del partido hay que destacar una vez más a Stephen Curry, con 26 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias,
