Lo de Stephen Curry empieza a ser complicado de valorar. Ya no se trata de elegirle como MVP de la temporada, sino de ver si su nivel actual de juego se encuentra entre los mejores de la historia, o incluso, siendo más osados, si se ha alcanzado alguna vez.
Porque el baloncesto es un deporte de equipo en el que las actuaciones individuales son vitales y los Warriors 2015–16 tienen el mejor porcentaje de victorias nunca visto a estas alturas de la temporada y Curry está a un nivel tal que se dio por hecho que será elegido MVP allá por el mes de diciembre.
En el partido disputado ante Oklahoma City Thunder, Curry realizó una impresionante actuación que ya está entre lo máximo que se ha visto en la historia de la temporada regular de la NBA. Curry anoche batió un récord, igualó otro y dejó al mundo del baloncesto en estado de shock.
Para empezar, lo obvio. Curry, que se había torcido el tobillo durante el tercer cuarto y pasó algunos minutos en el banquillo, anotó un triple desde 11,7 metros a falta de 0,6 segundos que rompía el empate a 118 y daba el triunfo a Golden State.
Esa canasta definitiva de tres puntos dejó su actuación en 46 puntos y 6 asistencias, con 14 de 24 en tiros de campo incluyendo 12 de 16 en triples, un 75% de acierto en tiros de larga distancia. El récord histórico de triples en un partido estaba en posesión de Kobe Bryant y Donyell Marshall con 12, por lo que ahora que Curry ha igualado esa marca solo cabe esperar cuándo la batirá.
Pero no solo eso, antes siquiera de disputarse el 60º partido de la temporada, Curry batió el récord histórico de triples anotados en una campaña con 288, mejorando los 286 que él mismo había anotado el pasado curso. Teniendo en cuenta que en los dos últimos partidos ha anotado un total de 22 triples, también un nuevo récord puesto que nadie en la historia había anotado al menos 10 triples en dos partidos seguidos, el nuevo récord de triples en una temporada se puede quedar cerca de la cifra de 400, algo que roza el absurdo.
