LOS ÁNGELES -- La NBA puede ser tan generosa como cruel con los jugadores que componen la liga. La salida de Steve Blake de Los Angeles Lakers hacia Golden State Warriors en un intercambio que incluyó a Kent Banzemore y MarShon Brooks, fue tan súbita como un rayo.
El armador se disponía a medirse a su excompañero Dwight Howard el miércoles por la noche en el encuentro que el equipo en el que ha pasado cuatro años disputaría anteHouston Rockets. Blake estaba realizando el protocolo habitual previo a cada partido. Calentamiento y lanzamientos a canasta desde distintos puntos de la cancha.
Mientras tanto, los Lakers y Golden State cerraban los flecos y llegaron a un acuerdo. Antes de que la franquicia hiciera público el apretón de manos, Blake se vio obligado a abandonar la cancha, enfundarse en su traje y marcharse del Staples Center 18 horas antes de que se cumpliera el plazo de traspasos.
Le dio tiempo a despedirse de sus compañeros, que no cabían en su asombro con la repentina noticia. Su marcha cayó como un jarro de agua en el vestuario. Por lo inesperado del asunto (Pau Gasol y Jordan Hill acumularon todos los rumores) y por el profesionalismo y lealtad que Blake siempre demostró a los Lakers.
"Nada contento por la salida de @SteveBlake5. Uno de mis compañeros más cercanos y un gran competidor GS (Golden State) escogió a una joya #movimientointeligente", escribió en su cuenta de Twitter.
Durante los cuatro años que Kobe compartió con Blake en el equipo, ambos jugadores cimentaron una amistad que siempre fue más allá de la duela. En una ocasión, cuando Blake se lesionó durante la temporada pasada, la Mamba Negra no dudó en poner a su disposición su helicóptero privado para que acudiera a realizarse unas pruebas médicas. Blake, Kobe y Gasol son los miembros que más tiempo llevan en la plantilla y la unidad siempre fue mayúscula.
El propio Gasol mostró su descontento con una decisión que desde su punto de vista se podría haber tomado después del partido ante los Rockets por "el profesionalismo que siempre ha demostrado". Al internacional español le pareció injusto que Blake no tuviera una última oportunidad para despedirse de la afición.
El impacto fue generalizado en todos los jugadores de la plantilla, incluido Mike D´Antoni.
"Nos sorprendió en el sentido de que nuestra mayor decepción era por él. Era una placer entrenarle. Creo que todos los coaches deberían tener la oportunidad de entrenar a alguien como él. Es uno de los tipos más duros que he entrenado y además es muy bueno. Será una gran pieza para cualquier equipo que quiera ganar", afirmó D´Antoni.
"Fue una decepción", confesó Kendall Marshall, con quien compartía posición y que fue contratado para suplir las bajas de Blake, Steve Nash, Jordan Farmar y Xavier Henry. "Steve era un gran compañero, pero sobre todo, fuera de la cancha era un gran tipo. Cuando vine aquí por primera vez me ayudó mucho. Lo primero por lo que te sientes mal es por su familia. Tiene a tres niños en el colegio, pero todo esto es parte del negocio", comentó.
"Es duro", añadió Wesley Johnson. "Odias que un compañero se tenga que ir de esta manera. Construimos una gran relación fuera de las canchas también, así que dolió verle marchar. Al final todos sabemos que este es el negocio. Nos dijo que nos quería y que fuéramos fuertes", apuntó.
