La victoria llegó por una vía distinta, pero en cierto modo por el K.O. técnico de siempre. Era el gran partido de la jornada que enfrentaba a Clippers y Warriors y, sin embargo, pronto se destaparon las cartas. Primer cuarto: 19-37. Y al final: 98-115.
Warriors venía de arrasar a Phoenix e Indiana con resultados de escándalo a partir de una ofensiva letal. Con los Suns 138-109 y con los Pacers 142-106.
Anoche, sin embargo, el equipo no funcionó desde el triple y ninguna de sus 4 máximas estrellas se salió del mapa. Eso sí, Warriors defendió y dejó sin juego a Chris Paul y, sobre todo, a Blake Griffin, que vivió una noche para olvidar.
Golden State, que ya está en 19-3, vio cómo Stephen Curry se quedaba por segunda vez en la temporada sin anotar un triple al acabar con 0 de 8 en el tiro. Pero el base aportó otras cosas. Hizo 19 puntos y 7 robos de balón. Kevin Durant, mientras, se quedaba en 16 puntos (27 era su media) y en 5 de 17 en el tiro de campo (56% era su acierto), pero al igual que Curry aportó en otros campos. En el rebote y el pase, sin ir más lejos.
Thompson y Green
Los máximos anotadores del equipo fueron Klay Thompson (24 puntos con buenos porcentajes) y Draymond Green (22 tantos con 8 de 10 en el tiro).
Los locales solo dieron 15 asistencias por 32 de los visitantes y tuvieron a una titularidad bajo control, con Griffin haciendo un 5 de 20 en el tiro y perdiendo 7 balones y con J.J. Redick quedándose en 2 puntos.
En realidad, su suplencia fue lo mejor. La segunda unidad sumó 57 puntos con 21 de Jamal Crawford y muy buenos minutos de Marreese Speights.